CIUDAD DE MÉXICO . |
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Su génesis se remonta siglos atrás, su historia es enorme y difícil, sus atractivos miles, su gente millones. Cuando se habla de la ciudad de México es inevitable pensar en grande, en toneladas de concreto y muchedumbre; la ciudad se distingue de otras porque ella ofrece al viajero y habitantes el cielo y el infierno. Como todo enclave cosmopolita, la Ciudad de México brinda una gran variedad de espacios culturales, comerciales y turísticos en los que podrá realizar todo tipo de actividades.
Es una de las capitales más importantes del mundo por su historia, por sus obras de arte, por su magnitud física. Según fray Toribio de Benavente “Motolinía”, México significa “donde esta Huitzilopochtli” (deidad llamada también por los aztecas Mexitli, así, a Mexí fue agregado la desinencia co, que indica ubicación). Igualmente “Motolinía” nos indica que Tenochtitlan significa “lugar donde los nopales salen de las piedras” (Tetl, significa “piedra”; Nochtli, “nopal”; tlan “lugar de”).
ESPARCIMIENTO, DIVERSIÓN Y BULLICIO Además de su riqueza histórica y cultural, la ciudad de México tiene una larga tradición y diversidad en cuanto a sitios de reunión y algarabía. Bares, cantinas y “antros” son espacios en donde la diversión estalla y, ya sea solo o acompañado, en pocas palabras se pierde el suelo. Desde las hoy casi extintas “pulcatas”, los hay elegantes, tradicionales, para bailar, para olvidar, para perderse o para iniciar nuevas historias. Sin importar la época o la ubicación en la ciudad siempre habrá cerca un lugar para divertirse; el centro de la ciudad es el lugar donde se concentra gran número de lugares para el regocijo. Los rumbos clásicos de la Zona Rosa, con sus bares y “antros”; la colonia Roma con sus pistas de baile; dispersos o “pegados”, la avenida de los Insurgentes concentra una serie de bares, cantinas, “discos”, restaurantes, cervecerías, y taquerías. La Condesa, reúne una fuerte comunidad extranjera que trae consigo un ambiente particular y un sin fin de opciones para comer y tomar alguna copa. Los bares y cantinas bohemios y juveniles de Coyoacán son clásicos. En cuanto algarabía y distracción la Ciudad de México enciende sus luces e ilumina la noche con su bulla y diversión. Pero si pensaba que la capital era un desplome de concreto, por difícil que parezca, la ciudad como tal, ocupa sólo la parte centro y norte del Distrito Federal. A una ciudad tan grande no podía faltar su espacio rústico y de los casi 1500 kilómetros cuadrados del Distrito Federal, al menos una tercera parte son áreas rurales, abarcando la parte sur de la ciudad en las delegaciones Cuajimalpa, Magdalena Contreras, Tlalpan, Iztapalapa, Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta. En estas zonas campestres podemos encontrar lo que en otros rumbos rurales del país: terrenos de cultivo, zonas de pastoreo, áreas de montañas y bosque, barrios y poblados o simplemente monte adornado aquí y allá de pequeñas casas, arroyos y caminos. Son espacios de distracción y quietud para una gran urbe que bien vale la pena visitar y pasar un fin de semana alejado del ruido citadino. Para llegar a la capital del país existen excelentes medios de transporte provenientes de todo el mundo: cuenta con un aeropuerto internacional y cuatro terminales de autobuses. La ciudad de México es un punto estratégico para desplazarse a varias ciudades del país, parajes y playas. La Ciudad de México ofrece una gran variedad de espacios culturales, comerciales y turísticos en los que podrá realizar todo tipo de actividades que ofrece una ciudad cosmopolita. Visite los museos y admire sus estupendas colecciones que reflejan la evolución histórica y artística del pueblo de México. Rodeados de un ambiente bohemio, visite y compre en bazares y mercados de artesanías en Coyoacán y San Ángel, o bien, en exclusivas boutiques y plazas comerciales, como las que se encuentran en Santa Fe, Reforma y la zona de Polanco, rodeadas del glamour y el confort de sus hoteles y restaurantes de categoría internacional. En la Ciudad de México la herencia de la tradición colonial se combina con un amplio abanico de actividades propias de una ciudad moderna. Fotografías y texto por Edi Ríos |
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